Islandia se encuentra inmersa en un debate sobre pizzas, sí, en serio, y todo a raíz de unas declaraciones del presidente en las que muestra su rechazo a la pizza con piña.
Guðni Th. Jóhannesson participaba en una charla con estudiantes cuando realizó los comentarios. Tras una charla aceptó responder a todas las preguntas que los jóvenes quisieran formularle, demostrando así su carácter afable y abierto a los ciudadanos.
Las preguntas más serias fueron dando paso a otras más personales y divertidas como dónde compra los calcetines o cuál es su equipo de fútbol favorito. Fue entonces cuando un chico le preguntó su opinión sobre la pizza con piña y la máxima autoridad islandesa no dudó en responder que se opone firmemente a ella y si pudiera promulgaría una ley para prohibirla en el país.
El debate se abrió de inmediato en las redes sociales entre quienes apoyarían la prohibición de dicha receta y los detractores de la idea, grandes consumidores de este tipo de pizzas.
Como el asunto ya se salía de madre, el propio presidente ha publicado un alegato contra el poder ilimitado de los mandatarios para evitar que se pudieran cometer locuras como esta, que, evidentemente, dijo en tono de broma.
ABRIR ENLACE