A la vieja usanza, con una paloma mensajera, los presos de una cárcel argentina enviaban y recibían dosis de droga y otros objetos.
Al menos así era hasta que cayó una de las ‘narcopalomas’ entrenadas para ello en una zona plagada de estas aves, por lo que pasaba desapercibida.
Los funcionarios de la prisión de Santa Rosa habían visto al animal en varias ocasiones y comenzaron a observar sus recorridos, algo nada fácil porque justo en estos días tuvo lugar una suelta de 15.000 palomas a pocos kilómetros.
Sin embargo, había una paloma que visitaba demasiado un módulo en concreto de la prisión, así que decidieron capturarla para investigar. Pero poco hubo que mirar porque enseguida los funcionarios detectaron que el ave llevaba adosada al pecho una especie de pequeña mochila cargada con 44 pastillas de Rivotril y Clonazepam, 3’5 gramos de marihuana mezclada con pastillas, 4 gramos de marihuana compactada y un pendrive cuyo contenido no ha sido desvelado.
No es la primera vez que te contamos una historia de palomas traficantes, aunque parezca increíble, pero ya cazaron una en Irak.
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