La excusa del niño que se pintó la cara de maquillaje

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De pequeños cometemos trastadas varias y lo hacemos sin tener en cuenta las consecuencias de lo que sucederá cuando se den cuenta nuestros padres. Por norma general, el castigo no pasará de una reprimenda salvo que nuestra fechoría incluya arrojar móviles por un balcón o similares.

Pero el común denominador en todos estos casos es que el crío jamás admite haber cometido el acto rebelde. Para muestra, este caso de Hux, niño de tres años que se pintó la cara con maquillaje y negó haberlo hecho. Le echó la culpa a su hermana… que no estaba en casa.