La historia del joven estadounidense Broc Brown es tan interesante como triste. A sus 19 años mide 2’38 metros y su crecimiento es imparable, pero se debe a una enfermedad rara.
Superaba de largo el 1’60 cuando aún era un alumno de parvulario y era incluso más alto que alguno de sus profesores. Por esas fechas su familia creía que la vida de Broc se acortaba conforme su cuerpo crecía. Y esto es porque los médicos llegaron a asegurar que no viviría más de doce años, aunque ya se acerque a la veintena y nuevos diagnósticos le concedan una esperanza de vida normal.
Broc sufre el Síndrome de Sotos, extraña enfermedad que le hace crecer sin parar, unos quince centímetros al año hasta ahora. «Es un trastorno genético y no hay nada que pueda detener su crecimiento», lamenta su madre, para quien el ‘pequeño’ Broc es un gran hombre: «su corazón es tan grande como su pecho».
Para colmo de males, este trastorno también le ha producido problemas de tensión, estrechamiento de la médula y curvatura de la columna. Además, los afectados por esta enfermedad sufren problemas de aprendizaje. Pero para el joven lo peor son los intensos dolores de espalda, que le traen por la calle de la amargura.
Sin duda, la forma de encarar la vida de este pequeño gran hombre es todo un ejemplo para todos. ¡Ánimo, Broc!
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